La capital eslovaca es una ciudad pequeñita en donde los principales puntos turísticos se encuentran muy cercanos unos de otros, así que es fácil poder conocer sus puntos principales en uno o dos días.
Su cercanía a Viena la convierte en una escapada perfecta para hacer una excursión de un día. Aquí te contamos qué ver en Bratislava en una escapada de unas horas.
Bratislavský Hrad
El Bratislavský Hrad, es el castillo de Bratislava. Una construcción del siglo X que se encuentra ubicada en el centro histórico subiendo por la colina. Es un paseo muy agradable llegar hasta él y las vistas que se obtienen desde su plaza son las mejores de la ciudad.
En su interior se encuentra el Museo Nacional Eslovaco y también la residencia oficial del presidente de la República Eslovaca.


Fuente Maximiliano y Old Town Hall
Esta es la fuente más famosa de Bratislava, debe su nombre al rey de Hungría Maximiliano II que mandó su construcción en 1572 para proporcionar suministro público de agua a la ciudad. Por tanto, la fuente está coronada por una estatua de este rey.
Se encuentra en la plaza Old Town Hall a la que podrás acceder por diferentes caminos, entre ellos unos soportales muy bonitos.



De ruta por las estatuas de Bratislava
Bratislava es famosa por alguna de sus estatuas más fotografiadas como son:



- Cumil: entre las calles Rybárska brána y Panská se encuentra la estatua más famosa de toda la ciudad, el Cumil, ese bonachón trabajador que se asoma por la alcantarilla.
Pese a ser uno de los hombre más famosos y queridos de Bratislava el pobre Cumil, al estar al nivel del suelo, ha sufrido atropellos en varias ocasiones. Es precisamente por esta razón que el gobierno eslovaco decidió añadir una señal avisando de que en esa zona “había un hombre trabajando” creando la graciosa señal que podemos ver actualmente junto a Cumil, que hace que el escenario sea aún más chulo. - Hans Cristian Andersen: este personaje tiene su estatua propia en la ciudad debido al cariño que demostró por Bratislava. Se dice que en su paso por la ciudad en junio de 1841 como parte de su viaje entre Estambul y Viena, los bratislavenses le pidieron que les contara su último cuento a lo que él respondió: “Me piden que les cuente un cuento, pero, ¿para qué? si vuestra ciudad ya es un cuento en sí misma”.
- El paparazzi: si te acercas a la calle Laurinská podrás ver a la estatua más fisgona, la que está preparada para inmortalizar cualquier acontecimiento importante que allí ocurra e inmortalizarlo con su cámara.
- Soldado francés: en la Plaza Hlavné námestie o plaza mayor de Bratislava podemos ver a un soldado francés apoyado en un banco, que presuntamente se enamoró de una enfermera eslovaca y se quedó ya allí a vivir. Esta estatua se debe a que Bratislava fue atacada en dos ocasiones por las tropas napoleónicas y el propio Napoleón estuvo en la ciudad en el año 1809.
- El Caballero de Bratislava: esta estatua en la calle Rybárska brána representa a un hombre real que vivió en Bratislava a principios del siglo XIX. Se trataba de Achoner Naci o Ignaz Lamar, un hijo de un zapatero de la ciudad que según cuenta la historia acostumbraba a pasear por las cafeterías de Bratislava engalonado siempre con sus mejores galas: frac impecable, guantes y su característico sombrero de copa del que se servía para saludar a las mujeres, elevándolo a la vez que lanzaba besos con sus manos.
Al final de su vida se dice que comenzó a padecer una enfermedad mental, presuntamente provocado por un amor no correspondido y acabó muriendo de tuberculosis. Finalmente sobrevivió gracias a pequeños trabajos como limpiador de cristales y a la caridad de las mismas cafeterías por las que solía siempre pasear. La ciudad decidió inmortalizarle en esta estatua para recordar la elegancia y cariño que siempre repartió.
Cafetería Mondieu
A nada que recorras un poco el centro de la ciudad seguro que te encuentras con una de estas cafeterías, si quieres un buen croissant de chocolate aquí los ponían buenísimos






Slovak Pub
Si buscas “las 3 B” Bueno, Bonito y Barato, te recomendamos este restaurante en la calle Obchodná. Siendo sinceros, no tenemos más con qué comparar en la ciudad porque nuestra estancia en Bratislava fue muy corta, hicimos la excursión de un día desde Viena, pero nos gustó mucho todo lo que probamos allí, y el sitio por dentro es muy bonito, tradicional, de madera y muy bien decorado.






Y si este restaurante no te convence, seguro que encuentras alguno que te guste en esta calle porque está repleta de comercios y restaurantes.
Puerta de San Miguel
Esta es la única puerta que queda de las cuatro originales que había en la época medieval.
Junto con dos tramos de muralla, son los únicos resquicios que quedan en la ciudad de las fortificaciones medievales que protegían Bratislava.
Iglesia Azul de Bratislava
La Iglesia de Santa Isabel o popularmente más conocida como, Iglesia azul, es probablemente uno de los iconos de la ciudad. Esta característica Iglesia es la más fotografiada de toda la ciudad, su intenso color azul no te dejará indiferente.



Es el punto más alejado del centro, (calle Alzbety, Bezrucova) pero tan solo te desviarás 10 minutos para llegar hasta ella.
La entrada es gratuita pero te recomendamos que compruebes los horarios antes de ir porque son un poco extraños, te dejamos los que estaban vigentes cuando fuimos nosotros en el año 2022. Todas las tardes de 17:30 h a 19:00 h y por las mañanas de domingo a jueves de 6:30 h a 7:30 h y los viernes y sábados de 6:30 h a 7:30 h.
Cómo llegar a Bratislava desde Viena:
Ir desde Viena a Bratislava en coche
Si dispones de coche propio o alquilado puede ser muy buena opción para no depender de horarios de trenes o autobuses, aunque suelen salir con mucha frecuencia. Tendrás que tomar la carretera B227 para luego incorporarte a la autovía hacia la A4, en una hora habrás llegado a la ciudad.
Ir a Bratislava en tren desde Viena
La duración es también de 1 hora y el viaje por trayecto cuesta 11,5 €. Puedes consultar precios y horarios en la página oficial de ÖBB que es la empresa ferroviaria estatal de Austria.
Llegar en Autobús a Bratislava desde Viena
Esta opción es la que elegimos nosotros, el trayecto dura entre una hora y una hora y media, dependiendo de las paradas que realice el autobús que escojas. El viaje por trayecto sale por 10 € aproximadamente, el precio también dependerá del horario y de las paradas.
Los autobuses salen cada muy poquito tiempo así que no suele haber problema en pillar alguna plaza.
Si quieres ver los horarios y precios aquí te dejamos el enlace a la página oficial de Flixbus.
Hemos viajado en muchas ocasiones con Flixbus y la verdad es que siempre nos ha ido muy bien, sus autobuses son cómodos y tienen usb para cargar dispositivos.
Contratando una excursión de día
Llegar a Bratislava desde Viena es bastante sencillo y nosotros decidimos ir por nuestra cuenta en autobús como te acabamos de contar, pero después vimos que había excursiones muy completas desde Viena en las que te llevaban en autobús y luego volvías en barco por el Danubio, u otras opciones en las que directamente salías en un pequeño crucero desde Viena, todo ello acompañado de un guía para hacerte la visita más interesante. Probablemente si volviésemos escogeríamos una de estas opciones para conocer la ciudad desde otro punto de vista.
Aquí te dejamos las dos opciones que nos parecieron interesantes: